El 15 de diciembre se cumplen 75 años de la fundación de la Parroquia. Es evidente que algo habrán hecho...
Algunas piedras no caen en vano...
Caminaba entre baches y veredas de tierra en un barrio de pocas casas y varios terrenos baldíos cuando una lluvia de cascotes casi le arranca el cráneo. Esquivate ésta “cuervo”, le dijo un muchacho al tirar la última piedra y salir corriendo. El padre Enrique Röling realizaba su trabajo pastoral en lo que se conoce como Asilo Garrigós. Recorría las calles vestido de sotana negra y por eso el apodo de cuervo. Las piedras no alcanzaron a golpearlo en la cabeza pero sí en su espíritu. Esas rocas abrieron camino a la Providencia y el padre entendió que este barrio carecía de una asistencia espiritual adecuada y que había mucho por realizar.
¿Qué es esa carpa?
Como primera medida se compró una parcela de tierra en Ávalos 260 donde se puso una gran carpa que funcionó como centro misional. A su lado, el 30 de Agosto de 1930 se inauguró la capilla del Sagrado Corazón de Jesús. Un terreno pequeño, algunos bancos y un altar de madera. Con chapas de zinc se construyeron tres cuartos. Uno para la sacristía, otro para las reuniones y un tercero donde vivían los caseros. Así se empezó a conformar una comunidad muy activa y trabajadora. La catequesis estaba a cargo de las damas de la Asociación de Infancia Cristiana. Se dictaban clases de corte y confección, dactilografía y bordados. Lo que el barrio más disfrutaba era la alegría de los festivales y las obras de teatro que interpretaban las chicas de la comunidad.
La comunidad de Religiosos Camilos llegan a La Paternal
Los religiosos de la orden de San Camilo llegaron el 19 de Octubre de 1931. Dedicados a la Pastoral de la Salud, necesitaban instalarse en una zona de hospitales. El padre Gaspar Cañada, que luego sería párroco de Santa Inés, el padre Antonio Negro, el padre Vicente Olivares y el hermano Juan Cuadra, constituyeron la primera comunidad de religiosos camilos en la Argentina.
Nace la Parroquia de Santa Inés
El 12 de diciembre de 1931 la Arquidiócesis de Buenos Aires instituye la parroquia de Santa Inés Virgen y Mártir. Más tarde, el 5 de mayo del año siguiente a las 10 de la mañana en una misa cantada, los religiosos de San Camilo de Lelis toman posesión canónica de la parroquia. Se nombra como primer párroco al padre Gaspar Cañada. Presidió la ceremonia el por entonces obispo auxiliar, monseñor Santiago Luís Copello.
El Armonio
Fue comprado en tiempos del padre Gaspar y el primero en usarlo fue el padre Miguel Betomeu, quien también dirigía el coro.
El templo quedaba chico
En la forma y en el cuidado de un templo se refleja la comunidad que lo habita. Con ese propósito en enero de 1942 se inauguraron las obras de ampliación del Templo. Se comenzó el año anterior con la construcción del coro y la escalera que da al mismo. Luego, a continuación del edificio existente, se levantó un nuevo cuerpo, compuesto de crucero, presbiterio y sacristía, que en conjunto miden 15 m. de largo, por 9,60 de altura. En los laterales se colocaron dos grandes “vitreaux” dedicados, el de la derecha a San Camilo, y el de la izquierda a Santa Inés, presentando a las Hijas de María a la Inmaculada Concepción. Se elevó y embelleció la fachada; se construyó el Bautisterio, el salón para reuniones, y frente al mismo, una pequeña habitación destinada a la portería.
Campo deportivo
Hacia 1976, con el fin de dar una mayor expansión recreativa y deportiva a los niños y jóvenes de la parroquia, se pensó en la construcción de un Campo deportivo, detrás de la casa parroquial y en un terreno cedido por los padres Camilos. Dicha iniciativa llevada adelante en un primer momento por el Consejo de Administración, fue reforzada al poco tiempo por una comisión pro-Campo de deportes; la cual trabajó con mucho entusiasmo y concretó una serie de recursos para superar serias dificultades económicas; logrando especialmente el respaldo de muchas personas de la zona, firmas comerciales, un aporte de la misma Curia y de “Adveniat”.