


Para visualizar las fotos en mayor tamaño oprime doble click sobre la foto en la foto seleccionada. Si te interesa alguna foto de la pagina remitinos un mail a lavozdestaines@gmail.com dejando tus datos, tu dirección de mail, la foto interesada y la sección donde esta y te remitimos por mail el original.
Origen de la fiesta
La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y se celebra el día de su nacimiento. San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel, según el Evangelio.
Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría, para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.
El nacimiento de Juan Bautista
Isabel, la prima de la Virgen María estaba casada con Zacarías, quien era sacerdote, servía a Dios en el templo y esperaba la llegada del Mesías que Dios había prometido a Abraham. No habían tenido hijos, pero no se cansaban de pedírselo al Señor. Vivían de acuerdo con la ley de Dios.
Un día, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías, quien se sobresaltó y se llenó de miedo. El Árcangel Gabriel le anunció que iban a tener un hijo muy especial, pero Zacarías dudó y le preguntó que cómo sería posible esto si él e Isabel ya eran viejos. Entonces el ángel le contestó que, por haber dudado, se quedaría mudo hasta que todo esto sucediera. Y así fue.
La Virgen María, al enterarse de la noticia del embarazo de Isabel, fue a visitarla. Y en el momento en que Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó de júbilo en su vientre. Éste es uno de los muchos gestos de delicadeza, de servicio y de amor que tiene la Virgen María para con los demás. Antes de pensar en ella misma, también embarazada, pensó en ir a ayudar a su prima Isabel.
El ángel había encargado a Zacarías ponerle por nombre Juan. Con el nacimiento de Juan, Zacarías recupera su voz y lo primero que dice es: "Bendito el Señor, Dios de Israel".
Juan creció muy cerca de Dios. Cuando llegó el momento, anunció la venida del Salvador, predicando el arrepentimiento y la conversión y bautizando en el río Jordán.
La predicación de Juan Bautista
Juan Bautista es el Precursor, es decir, el enviado por Dios para prepararle el camino al Salvador. Por lo tanto, es el último profeta, con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador.
Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Venían hacia él los habitantes de Jerusalén y Judea y los de la región del Jordán. Juan bautizaba en el río Jordán y la gente se arrepentía de sus pecados. Predicaba que los hombres tenían que cambiar su modo de vivir para poder entrar en el Reino que ya estaba cercano. El primer mensaje que daba Juan Bautista era el de reconocer los pecados, pues, para lograr un cambio, hay que reconocer las fallas. El segundo mensaje era el de cambiar la manera de vivir, esto es, el de hacer un esfuerzo constante para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto serviría de preparación para la venida del Salvador. En suma, predicó a los hombres el arrepentimiento de los pecados y la conversión de vida.
Juan reconoció a Jesús al pedirle Él que lo bautizara en el Jordán. En ese momento se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado...". Juan dio testimonio de esto diciendo: "Éste es el Cordero de Dios...". Reconoció siempre la grandeza de Jesús, del que dijo no ser digno de desatarle las correas de sus sandalias, al proclamar que él debía disminuir y Jesús crecer porque el que viene de arriba está sobre todos.
Fue testigo de la verdad hasta su muerte. Murió por amor a ella. Herodías, la mujer ilegítima de Herodes, pues era en realidad la mujer de su hermano, no quería a Juan el Bautista y deseaba matarlo, ya que Juan repetía a Herodes: "No te es lícito tenerla". La hija de Herodías, en el día de cumpleaños de Herodes, bailó y agradó tanto a su padre que éste juró darle lo que pidiese. Ella, aconsejada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Herodes se entristeció, pero, por el juramento hecho, mandó que le cortaran la cabeza de JuanBautista que estaba en la cárcel.
¿Qué nos enseña la vida de Juan Bautista?
Nos enseña a cumplir con nuestra misión que adquirimos el día de nuestro bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia, así como era el Papa Juan Pablo II.
Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la verdad que debemos seguir. Nosotros lo podemos recibir en la Eucaristía todos los días.
Nos hace ver la importancia del arrepentimiento de los pecados y cómo debemos acudir con frecuencia al sacramento de la confesión.
Podemos atender la llamada de Juan Bautista reconociendo nuestros pecados, cambiando de manera de vivir y recibiendo a Jesús en la Eucaristía.
El examen de conciencia diario ayuda a la conversión, ya que con éste estamos revisando nuestro comportamiento ante Dios y ante los demás.
BUENOS AIRES, 22 Jun. 07 (ACI).-Los médicos Chinda Brandolino y Oscar Botta, como presidenta y director ejecutivo, respectivamente, del Instituto de Investigaciones Biológicas para la Defensa de la Vida, interpusieron un recurso legal para impugnar la reglamentación de los abortos "no punibles" en esta capital.
Los expertos presentaron un recurso de revocatoria de la resolución 304/2007 del gobierno de la provincia de Buenos Aires que aprueba el "Programa Provincial de Salud para la Prevención de la Violencia Familiar y Sexual y la Asistencia a las Víctimas" y sus protocolos de "Detección y asistencia a mujeres víctimas de maltrato, de aborto no punible y de acción ante victimas de violación".
El Instituto sostiene que el acto administrativo del Ministerio de Salud bonaerense para reglamentar los abortos no punibles en el sistema sanitario provincial y sin autorización legal, presenta "cuanto menos" los vicios de incompetencia, de causa, de procedimiento esencial, de finalidad o desviación de poder.
Según los expertos, "la práctica abortiva no puede ser considerada una política de salud pública" y recuerda que una reglamentación ministerial no puede sobrepasar la Constitución Nacional y los tratados internacional es con rango constitucional, que protegen el derecho a la vida desde el momento de la concepción.
En la notificación al ministro de Salud bonaerense, Claudio Mate, Brandolino y Botta se reservan el derecho de recurrir a la Corte Suprema de Justicia tanto por la vía del recurso extraordinario federal como en instancia originaria, en base a "la existencia de cuestión netamente federal", y de elevar un recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los términos establecidos por el Pacto de San José de Costa Rica, con base "en la lesión insanable de las disposiciones de dicho Pacto, con incidencia en el fundamental derecho a la vida lesionado".
Tras pedirle al funcionario que disponga "la elevación del presente al Señor Gobernador, en vista de la cuestión de competencia planteada que suscita su alta intervención", solicitan que se "declare la suspensión de los efectos de la resolución recurrida" y, en definitiva se revoque la Resolución impugnada dejándola sin efecto por resultar insanablemente nula".
El Papa resaltó que "cada vez que el sacerdote renueva el sacrificio eucarístico, en la oración de consagración repite: 'Este es mi cuerpo… esta es mi sangre'. Lo dice prestando su voz, sus manos y su corazón a Cristo, que ha querido permanecer con nosotros y ser el corazón de la Iglesia".
También reflexionó sobre la relación intrínseca entra la celebración y la adoración pues "la Santa Misa es en efecto en sí misma el más grande acto de adoración de la Iglesia", y citando a San Agustín recordó que "nadie come esta carne si antes no la ha adorado".
"La adoración fuera de la Santa Misa prolonga e intensifica cuanto ha sucedido en la celebración litúrgica, y hace posible una acogida verdadera y profunda de Cristo", agregó.
El Pontífice aprovechó también la oportunidad para "pedir vivamente a los Pastores y a todos los fieles la práctica de la adoración eucarística" y manifestó a sí mismo su "aprecio a los Institutos de Vida Consagrada, así como las asociaciones y confraternidades que se dedican en modo especial a la adoración: estas ofrecen a todos un llamado a la centralidad de Cristo en nuestra vida personal eclesial".
Más adelante manifestó su alegría "al constatar que muchos jóvenes están descubriendo la belleza de la adoración, tanto personal como comunitaria" e invitó a los sacerdotes a "alentar estos grupos de jóvenes y seguirlos para que las formas de adoración comunitaria sean siempre apropiadas y dignas, con tiempos adecuados de silencios y de escucha de la Palabra de Dios".
"Hoy en día –agregó el Papa- es muy importante recuperar la capacidad de silencio interior y de recogimiento: la adoración eucarística permite hacerlo no solamente en torno al 'yo' sino también en compañía de aquel 'Tú' pleno de amor que es Jesucristo".
Finalmente el Papa indicó a María como modelo, quien con "su corazón, humilde y simple, estuvo siempre recogida en escucha atenta al misterio de Jesús, en quien adoraba la presencia real de Dios y de su Amor redentor".
Santa Inés (291-304) Considerada en la Iglesia como patrona de las adolescentes y de la pureza, es una de las más populares santas cristianas, y su nombre está incluido en el canon de la misa. Recuerda que su nombre viene de Agnus, y significa "pura". Ella tenía sólo trece años cuando fue martirizada. Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia Jesucristo orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de Jesucristo. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía: La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Unicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer. Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. He aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio". Era de la noble familia romana Clodia. Recibió muy buena educación cristiana y se consagró a Cristo con voto de virginidad. Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió: "He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta". El hijo recurre a su padre, el alcalde. Este la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas por estar rezando junto al sepulcro. "Con mínimas fuerzas superó grandes peligros", dice San Dámaso en su epitafio. Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los "palios", o sea el distintivo de los arzobispos. En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud. La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.